Coronavirus en Argentina: la incompatibilidad del sistema capitalista con la salud y la vida de los trabajadores

Estamos viviendo momentos excepcionales en el mundo, no solo por los acontecimientos de las últimas semanas -la gran recesión que tuvo un punto de inflexión el lunes negro del 9 de marzo que nunca olvidaran los capitalistas- sino además se sumó la pandemia del Covid 19.


La vida como la conocimos hace apenas dos meses atrás se ha perdido y no sabemos hasta cuándo, el mundo se configura día a día, una nueva realidad está pariendo. Las fronteras se cierran, los servicios públicos quedan en su expresión básica, el transporte público, trenes, micros, aviones quedaron suspendidos hasta nuevo aviso. Las fábricas producen a una capacidad que no es la habitual.

La humanidad se encuentra ante una nueva situación, donde la encrucijada histórica entre el Socialismo o la Barbarie capitalista resulta cada vez más clara. La responsabilidad total de la pandemia y del caos y el miedo difundidos a escala planetaria es absolutamente del podrido sistema de la propiedad privada de los grandes medios de producción y sus gobiernos reaccionarios o llamados progresistas, la mentira y el sufrimiento y la represión mantiene encadenada a la humanidad a la miseria y la pauperización.

Los mercados de valores se desploman día a día, las principales acciones volvieron a perder valor el jueves 19 de marzo, en la apertura de lo que se presenta como una nueva sesión convulsa en el parqué neoyorquino. El Dow Jones se dejaba un 2,9% en los primeros compases. El S&P 500 caía un 2,7% y el Nasdaq, un 1,3%. Los índices de volatilidad seguían en máximos históricos. Los futuros del Dow Jones bajaron un 1,2%. El miércoles 18 resulto una jornada de enormes pérdidas. Dow Jones, que llegó a caer un 10%, cerró con un retroceso del 6,3%.

Hace apenas tres días atrás el petróleo se hundió hasta casi 25% a mínimos de 18 años. Bolsas de Europa y Asia bajaron hasta casi 6%. Wall Street cayó hasta más de 6%. En la Argentina, el riesgo país superaba los 4.000 puntos, se desplomó el S&P Merval y se derrumbaron los ADRs.

Como el Dow Jones y el FTSE, en Londres han perdido más del 25% de sus valores. Mientras tanto, la economía mundial se ha detenido. El desempleo está aumentando progresivamente en un país tras otro. La directora gerente del FMI ha advertido de un próximo recorte de las previsiones para la economía mundial, mientras que economías con profundas dificultades como la italiana podrían entrar en recesión.

Las acciones argentinas se hundieron hasta 28,4 en Nueva York. La mayor baja fue registrada por YPF, ante la estrepitosa caída del petróleo en EEUU (-25%). Sucedió cuando la Bolsa de Nueva York se hundía más de 6%.

El capitalismo está en crisis a escala mundial. La clase dominante atribuye la crisis al nuevo coronavirus. Pero este virus solo está trayendo a la superficie la miseria y las contradicciones que se han estado acumulando durante décadas dentro del sistema capitalista, y que desde 2008 se han hecho cada vez más evidentes.

El capitalismo mundial, y el capitalismo argentino como expresión local, se dirigen a una catástrofe que solo los trabajadores podemos frenar.

Socialismo o barbarie nuevamente se expresa de manera cruda ante millones en el país y en mundo. Solo la revolución socialista puede poner fin al flagelo de un sistema que nos ha llevado a la pauperización más abyecta.

Condiciones sanitarias

Las condiciones sanitarias en Latinoamérica difieren unas de otras, tomando tan solo el Cono Sur la relación camas-pacientes ante una pandemia como es el Covid 19 encuentra a Chile con un escenario difícil. “Si en Chile tuviéramos ese comportamiento, debiéramos esperar un total de cerca de 100.000 casos. De ellos, el 15% (15.000 pacientes) requerirían hospitalización con oxígeno y el 5% (5.000 enfermos graves) necesitarían cama de UCI con respirador.

Sin embargo, Chile dispone de cerca de 1.000 camas UCI que serían requeridas al menos durante 70 días que se espera que dure el proceso epidémico. “En el sistema público tenemos 592 camas, con las privadas podríamos juntar unas 1.000 y reconvirtiendo otras se llegarían a 1.500”, advirtió el senador.” Guido Girardi (PPD)

En Argentina, de acuerdo al sistema integrado de información sanitaria del Ministerio de Salud de la Nación (del 2018), Argentina tiene 4,5 camas de internación por cada mil habitantes. La mayor cantidad de plazas están en la Capital Federal (7,1 por mil) y las provincias de Córdoba (5,9) y Buenos Aires (5). Menos que las 8 a 10 por habitante que recomienda la OMS.

“Los recursos que posee el sistema de salud argentino para los casos más graves, según la presidenta de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI)Dra. Rosa Reina para llegar a esa instancia deberían presentar “dificultad para respirar, hipoxia (disminución del oxígeno en la sangre), hipotensión arterial y cianosis, entre otros síntomas”. Reina enumera aproximadamente 950 unidades de terapia intensiva en nuestro país. Las camas disponibles son entre 3 y 4,5 cada mil habitantes, es decir, unas 160 mil. “La diferencia -explica- radica en la cantidad de personal de salud disponible, especialmente en enfermería, que provoca una reducción de camas activas”. (Infobae 20/03/2020)

Esto sin contar que el 40% de la población se encuentra en la miseria o extrema miseria que por décadas no se ha resuelto y se ha incrementado en los años de Cambiemos.

Plantear en este segmento de la población el distanciamiento social es irrisorio, el hacinamiento es moneda diaria, mal alimentados, con problemas serios de saneamiento ambiental, sin cloacas y salud deficitaria. En el mundo, caracterizan que van a morir de a miles y el gobierno de F y F no se vuelcan todos los recursos necesarios para resolver realmente el flagelo de la pandemia.

Los capitalistas ante la crisis

Es evidente que los empresarios están tomando todas las medidas para aprovechar la pandemia del coronavirus y seguir atacando las condiciones de vida y de trabajo de la población.

En Argentina se avanzó en una seria de medidas de manera anticipada, sobre todo en el empleo público. Suspensión de clases, cierre de fronteras y espectáculos públicos. Algo de trabajo a distancia (home office). Aislamientos de una serie de provincias que se combina con el flagelo del dengue, como es el Chaco y Corrientes, en el caso de Salta y Jujuy por la irresponsabilidad de algunos infectados que rompieron la cuarentena. Pero sabemos y así lo planteamos, que no se trata solo de una actitud individual sino sobre todo colectiva.

Es el sector privado donde se sigue en general produciendo como se venía haciendo con la crisis económica y social que estaba antes y agravado con la pandemia. Amenazando a sus trabajadores, o como ya señalamos directamente desempleándolos u obligándolos a realizar tareas que no le corresponden.

Ya la Organización Internacional del Trabajo anticipó que se espera 25 millones de desocupados más, una vez que termine la crisis del Covid19.

Las tareas de la clase obrera

Los trabajadores sabemos y sufrimos en carne propia que los grandes patrones no hacen nada para aliviar los padecimientos de siempre agravada por la crisis del Covid 19.

Debemos elevarnos a las tareas que solo nosotros podemos garantizar tomando nuestro destino en nuestras manos.

El dicho de que no se puede estar en ambos lados del mostrador tiene plena vigencia. Y el gobierno intenta conciliar lo que no se puede y menos en momentos de crisis. Los intereses de los trabajadores y los patrones son antagónicos e irreconciliables

En momentos de crisis social, económica y de pandemia se debe avanzar en el paro total de las actividades. Quedando solamente los servicios básicos y de emergencia. Se debe volcar todos los recursos públicos y privados de las grandes empresas a garantizar no solo una adecuada salida a las demandas de más hospitales y camas, respiradores y personal médicos y de enfermería. Debemos defender el salario y el empleo, toda fabrica que cierre debe ser expropiada y puesta en funcionamiento por los trabajadores bajo su control. Debemos desconocer definitivamente la deuda externa pública y privada.

No podemos permitir que los capitalistas nos quieran hacer pasar estos días de cuarentena como adelanto de vacaciones. Ni podemos aceptar los despidos o rebajas salariales.

La clase obrera debe tomar el control, avanzando en la autoorganización popular para enfrentar la emergencia de la pandemia y la catástrofe del capitalismo. Las tareas de emergencia deben ser organizadas por los trabajadores mismos para garantizar el cumplimiento de la cuarentena para todas las y los trabajadores y sus familias, el acceso a los alimentos, el transporte, garantizar los derechos democráticos, etc. No podemos confiar en los capitalistas y los patrones para defender la vida de millones de trabajadores. El Estado siempre tomara medidas que, independientemente de si son más o menos favorables para los trabajadores, tendrán como fin principal salvaguardar la propiedad de empresarios, banqueros y terratenientes. Esa y solo esa es la esencia del Estado burgués.

Como planteamos en la tapa de nuestra última prensa, anterior a la crisis abierta en el país: ¡El capitalismo no va más!

En Argentina el 10% más pobre de la población tiene ingresos que representan aproximadamente al 1,5% del total. Mientras que, los ingresos del 10% más rico equivalen al 32,8%. ¡Y esta riqueza es producida por nosotros, los trabajadores, los que creamos el mundo con nuestras cabezas y manos! Es hora de ir por esos recursos para garantizar la salud de los nuestros.

Tenemos que tener claro que, solo avanzando contra los capitalistas, su propiedad privada de los medios de producción, sus ganancias, privilegios y construyendo nuestro gobierno de trabajadores podremos vencer con el menor costo posible no solo al Covid 19 sino a las clases dominantes que nos arrastraron hasta esta crisis.

Es vital avanzar en la nacionalización, bajo control obrero, de las palancas fundamentales de la economía para planificar la misma no en base al lucro y codicia de unos pocos como ocurre hasta ahora, sino para orientarla a satisfacer las urgentes necesidades de los únicos que producimos la riqueza: las trabajadoras y los trabajadores.

Necesitamos construir un partido de trabajadores, un partido revolucionario, que pueda llevar adelante este programa.