Este 8 y 9 de Marzo lucha contra la violencia y el capitalismo

La violencia hacia la mujer en México es la máxima expresión de la decadencia del sistema capitalista. La esclavitud asalariada bajo el actual sistema se recrudece para nosotras las mujeres, si el capitalismo representa sumisión, explotación y violencia para la clase trabajadora en general, para nosotras las mujeres y trabajadoras el peso de nuestras cadenas se duplica.

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Cada día se cometen 10 feminicidios, suman más de 3,700 casos del año 2015 a la fecha; la violencia ejercida hacia las mujeres por parte de sus parejas, en el 64% de los casos se considera severa o muy severa; cerca del 20% de las mujeres mayores a 15 años han enfrentado violencia física por parte de sus parejas; el 65.5% de mujeres nos sentimos inseguras en los mercados, el 62% en los parques, casi 40% en las escuelas y trabajo, el 73% en la calle, el 17% en el transporte público y el 87% en la vía pública.

En el terreno laboral la situación no se torna diferente, la brecha salarial entre hombres y mujeres es de un 16%, el desempleo entre nosotras duplica al número de desempleados hombres, por cada 100 pesos que los hombres reciben en jubilaciones o pensiones, las mujeres recibimos 98.

El 76.4% de nosotras realizamos trabajo doméstico en comparación con el 23% de los hombres, dicho trabajo no remunerado representa un segundo turno de trabajo para millones de mujeres. El valor de dicha actividad fue de 5.5 billones de pesos en 2018, lo que representó casi 23.5 por ciento del Producto Interno Bruto en el país.

Además de eso cotidianamente la clase dominante y los sectores más reaccionarios de la sociedad nos pretenden someter con su moral hipócrita que difunden en los medios de comunicación y las iglesias.

Donde se dice que debemos resignarnos a nuestra condición de violencia y desigualdad por el simple hecho de haber nacido mujeres.

Debido a esa situación y a la insostenible crisis social y económica por la que atraviesa el sistema, millones de mujeres a nivel nacional estamos cuestionando abiertamente las bases sociales, económicas y morales de la actual sociedad, nuestro país no es la excepción, las jornadas del próximo 8 de Marzo y 9 de Marzo, nuevamente las mujeres, comenzando por las más jóvenes y combativas, saldremos a las calles a decir ¡ya basta!

8 de Marzo Día Internacional de la Mujer Trabajadora

El origen del 8 de Marzo nos hace recordar la lucha histórica de nosotras contra la opresión, pero también contra la explotación capitalista. Actualmente las instituciones del Estado, los medios de comunicación y la propia clase dominante desean que olvidemos su origen que es socialista, con un carácter definido de clase y revolucionario.

En 1910, durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas reunidas en Copenhague, Dinamarca, Clara Zetkin propone ante más de 100 delegadas de 17 países la propuesta de conmemorar el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Como antecedente en 1908 tuvieron lugar los acontecimientos conocidos como “La insurrección de las 20,000”, miles de obreras mantuvieron una huelga general en Estados Unidos, demandando la reducción de la jornada laboral, aumento salarial y derecho a la sindicalización. En 1910 se vuelve a llamar a una nueva jornada de lucha por mejores condiciones de vida, la eliminación del trabajo infantil y el derecho al voto. En vista de estos acontecimientos el Partido Socialista en Estados Unidos acordó que el último domingo del mes de febrero se celebrase una jornada de lucha nacional de mujeres.

Las mujeres socialistas de todo el mundo en la conferencia de Dinamarca adoptan esa resolución y la convierten en una iniciativa internacional, el 19 de marzo de 1910 millones de mujeres trabajadoras en todo el mundo salen a las calles en demanda de sus derechos políticos, por mejores condiciones de vida y recordando las jornadas de la revolución europea del año 1848.

En los años previos al estallido de la Primera Guerra Mundial, en 1913 y 1914, durante el mes de marzo millones de mujeres en el mundo protestan contra la rapacidad de los gobiernos imperialistas y contra la guerra, en algunos países como Rusia y Alemania se retoma de manera oficial el 8 de Marzo como día de la mujer.

En ese mismo día, durante el año 1917 en Rusia comienza un masivo movimiento de mujeres obreras que exigían comida y pan, rápidamente las manifestaciones se convierten en expresiones de repudio contra la monarquía, la guerra y el estallido revolucionario que terminó con la dinastía de los Romanov.

Tras el triunfo de la revolución de octubre de 1917 en Rusia, se decretó por parte de la Comisaria para la Asistencia Pública el 8 de marzo como día oficial de la mujer.
A partir de estos acontecimientos que toman carácter abiertamente socialista y revolucionario se va popularizando el día 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer, origen que la clase dominante y los gobiernos burgueses pretenden que las mujeres olvidemos.

Consideramos que, ahora que millones de mujeres en el mundo y en México comenzamos a organizarnos, salir a las calles y luchar, es importante reivindicar las ideas que le dieron origen al Día Internacional de la Mujer y evitar la institucionalización de nuestras fechas de lucha.

Las acciones del 8 y 9 de Marzo

El 8 de Marzo miles de mujeres saldremos a las calles, desde ahora mismo se respira el ambiente que se desbordará ese día las calles, las mujeres más jóvenes, estudiantes nos han puesto el ejemplo, han irrumpido en la escena pública cuestionando todo lo establecido. Las protestas se han extendido por la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma del Estado de México, expresiones de descontento y rabia legítima también se han expresado en el Instituto Politécnico Nacional y en las Universidades Estatales.

También observamos protestas y acciones ante cada feminicidio y actos de barbarie en contra de las mujeres. Algo muy profundo se está gestando a nivel nacional con nuestra lucha en contra de la violencia, los feminicidios y el acoso.

Desde nuestro punto de vista hay que evitar caer en dos extremos: por un lado debemos denunciar los intentos oportunistas de la derecha reaccionaria para montarse en nuestras legítimas demandas, debemos decir fuerte y claro que ellos han sido enemigos de los derechos más básicos de las mujeres y las demandas de la clase trabajadora.

Por otro lado un error común que se ha difundido en diversos espacios y redes sociales, por compañeras y compañeros que simpatizan con el actual gobierno, es la idea de que la derecha promueve las acciones del 8 y del 9 de Marzo, difuminando de sus análisis el origen de la problemática de la violencia, que aún y con el nuevo gobierno no ha podido ser erradicada. Esa visión, aún y cuando dice desenmascarar a la derecha no hace sino fortalecerla, pues le da un peso político y fortaleza con la que actualmente no cuenta. Además esta visión aleja a las militantes de izquierda de la acción en las calles y de la organización desde abajo.

El día 8 y 9 de Marzo debemos promover acciones unitarias de las mujeres, de los oprimidos y los explotados.

El llamado al paro del 9 de Marzo ha sido institucionalizado, incluso el ejército y la Marina han dicho que se suman a la acción, autoridades universitarias, la reaccionaria Confederación Patronal de México y los banqueros, ¡hipócritas!, a estos sectores nunca les han interesado nuestros derechos, estos sectores con un discurso medieval promueven la moral hipócrita del capitalismo que nos somete a ser de los sectores más oprimidos de la esclavitud asalariada bajo el actual sistema.

Los empresarios y autoridades universitarias que hoy promueven un paro institucional son los mismos que encubren acosadores y nos violentan laboralmente día a día. Nuestra acción el día 9 también debe orientarse hacia ellos y decir ¡no son nuestros aliados!

Por nuestra parte creemos que el paro del 9 de Marzo no debe ser un llamado a quedarnos en nuestras casas, ese llamado tiene ciertos tintes conservadores pues nos propone la inmovilidad. El paro y la huelga han sido los métodos históricos de la clase trabajadora, debemos reivindicarlos, parar la escuela, la oficina, la fábrica, invitar a nuestros compañeros de escuela de trabajo a que se sumen de manera unitaria, con la finalidad de organizarnos y protestar, de hacer sentir nuestra rabia en las calles, que esta protesta sea encabezada por las mujeres pero con la unidad de los sectores oprimidos y explotados de esta sociedad.

Por un movimiento revolucionario de las mujeres

Aquellos que desean sumarse a la causa de la lucha contra la violencia y los feminicidios, contra la violencia de género y la opresión de la mujer, por consecuencia, deberían declararse anticapitalistas y revolucionarios. El origen de la desigualdad, la explotación y la opresión no solamente se limita a leyes injustas que se promueven en esta sociedad o a una cultura machista y misógina (lo cual estamos de acuerdo que se debe combatir firmemente), sin embargo, el problema es más profundo y estructural: la sociedad dividida en clases sociales.

Con eso no queremos decir que nos negamos a luchar por nuestros derechos y reivindicaciones inmediatas como es el derecho a decidir sobre nuestro cuerpo u otras reivindicaciones democráticas de las mujeres, somos las más firmes impulsoras de estas demandas.

Pero nosotras, mujeres estudiantes y trabajadoras, que impulsamos la Liga de Mujeres Revolucionarias, hemos levantado la bandera de la lucha de nuestros derechos más básicos pero a su vez, una lucha contundente contra el actual sistema capitalista.

El grito de miles de mujeres ha resonado y ha sacudido las consciencias de los sectores más conservadores de la sociedad, ante la violencia cotidiana, la desigualdad, la opresión ¡que arda todo!, esto instintivamente ha acercado a miles de mujeres a posiciones revolucionarias.
Nosotras decimos ¡que arda todo!, ¡que arda la opresión, la explotación y el capitalismo!, y que nuestra lucha sea en conjunto con la clase trabajadora que es la que hace funcionar esta sociedad.

¿Acaso no nosotros movemos el transporte, la industria, el comercio, hacemos funcionar las escuelas y las oficinas? Mientras existe una minoría parasitaria de explotadores y opresores de altos funcionarios estatales, empresarios, banqueros y de la casta dorada universitaria.

¿No somos nosotros los que construimos grandes palacios, edificios y somos los generadores de riqueza? Mientras nuestras familias y nosotras nos vemos obligadas a vivir en una sociedad llena de violencia y la desigualdad.

Compañera, que el grito de ¡que arda todo! venga acompañado de un llamado a la organización de las mujeres, junto a los explotados y los sectores oprimidos, para derribar este sistema político y económico que nos condena a la desigualdad y a la violencia y construir una sociedad más justa, igualitaria y digna donde valga la pena vivir.

¡Únete a la Liga de Mujeres Revolucionarias!

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