La política de Obama hacia el Medio Oriente sigue siendo Imperialista

La política exterior de los EEUU está dictada por su papel como potencia imperialista. Obama se ha visto forzado por las condiciones objetivas a cambiar el acercamiento del imperialismo norteamericano sin cambiar su curso en general en lo absoluto.

“Las naciones no tienen amigos permanentes, sólo intereses permanentes”
Lord Palmerton

La política exterior de los EEUU está dictada por su papel como potencia imperialista. Por imperialismo, nos referimos al poder monopólico de los grandes bancos, que tienen el control sobre todos los demás sectores de la sociedad, y la división del mundo en esferas de influencia delas naciones capitalistas poderosas. Luego de la II Guerra Mundial, y aún más luego del colapso de la URSS, los EEUU se han hallado a sí mismos como la nación imperialista más poderosa y la única superpotencia mundial. La historia moderna de casi cada una de las naciones subdesarrolladas o del “Tercer Mundo” involucra al imperialismo dictándole sus políticas por distintos medios, tanto directos como indirectos, económicos, políticos y militares, a través de tratados de libre comercio, acciones encubiertas y golpes de Estado, guerras de poder o invasiones abiertas.

La fase del capitalismo como una fuerza relativamente progresista para el desarrollo humano hace rato que fue superada. Hoy en día, los EEUU se encuentran a sí mismos a la cabeza de la montaña, una posición que se niegan a ceder, incluso a pesar de que la montaña empieza a podrirse desde su núcleo. Esto sólo sirve para acumular las contradicciones más todavía y de forma aún más rápida. Hay grietas apareciendo por todos lados en el dominio de los imperialistas. Es precisamente en esta coyuntura que la diplomacia es necesaria para complementar los métodos más directos. Ahí entra Obama.

Algunas de las grietas más visibles se están abriendo en el Medio Oriente. Obama se ha visto forzado por las condiciones objetivas a cambiar el acercamiento del imperialismo norteamericano sin cambiar su curso en general en lo absoluto. Por los momentos, su fortaleza yace en presentar las debilidades objetivas como un “cambio en la política”, mientras que al mismo tiempo no altera la política real de una manera significativa.

Han pasado ya 6 años desde la invasión y subsecuente ocupación de Irak. A pesar de la “retirada” de tropas norteamericanas de las principales ciudades de Irak a finales de Junio, la ocupación sin embargo continúa. Aunque los Republicanos chillaron y patalearon por el plan de Obama para Irak, pintándolo como queriendo “boto tierrita y no juego más” y todo lo demás, Obama está manteniendo las posiciones políticas y militares en el Medio Oriente más o menos iguales. Simplemente ha tenido que retroceder tácticamente a fin de intentar reconquistar parte del terreno perdido en los últimos años.

Aunque el gobierno iraquí formalmente está al mando, los EEUU siguen manteniendo una presencia militar de hasta 50 mil tropas El General Patraeus, a principios de Mayo, anunció que “Vamos a tener diez unidades del Ejército y la Marina desplegados por una década en Irak y Afganistán”.

Mientras que se le ha dado una gran publicidad a la reducción de tropas estadounidenses desplegadas en Irak, no se menciona a los contratistas de seguridad privados en el país, que forman un impresionante ejército mercenario privado, cercano a los 133 mil (más o menos la misma cifra de tropas norteamericanas aún en Irak). Un reporte del Pentágono del mes de Junio muestra que, bajo la presidencia de Obama, ha habido un incremento del 23% en los “Contratistas de Seguridad Privados” trabajando para el Departamento de Defensa en Irak y un 29% de aumento en Afganistán. Este informe especificaba los contratistas del Departamento de Defensa y no incluye las cifras de otras agencias, tales como el Departamento de Estado. “Esto significa que el número de contratistas de seguridad individuales pudiera ser bastante mayor, como lo pudiera ser el objetivo de su expansión”, como fue señalado recientemente por Jeremy Scahill, el autor que llevó a la atención pública el caso de Blackwater (ahora llamada Xe), una de las principales contratistas de seguridad privadas en Irak.

Las adjudicaciones de contratos con empresas petroleras privadas se han iniciado para pagar por la enorme destrucción causada por la guerra y para dar al menos la apariencia de no estar vendiendo totalmente la soberanía del país, pero el gobierno iraquí está lejos de intentar demostrar su “independencia”. En otras palabras, están tratando de manejar el precio que obtienen por vender los recursos naturales de Irak.

En cuanto a las masas iraquíes, la guerra ha resuelto absolutamente nada. Puede que ya Saddam no esté, pero el país está en ruinas. Cientos de miles de vidas han sido destruidas. La pobreza que ahora encaran millones de personas es incalculable. El único camino hacia delante es vincular las luchas de las masas trabajadoras de Irak a las demás luchas que se están llevando adelante en la región. La presencia del imperialismo norteamericano en cualquier país del Medio Oriente es una amenaza a todos, y para el mundo entero. Al final, esta lucha deberá evolucionar hacia el socialismo, que es lo único que podría traer una paz y prosperidad duraderas a la región, a través de un plan de producción genuinamente democrático usando los importantes y valiosos recursos de la región para desarrollar programas masivos para erradicar la pobreza y miseria que han resultado del estrangulamiento imperialista de la región.

Incluso antes de la Guerra de Irak, estaba la ocupación de Afganistán, donde la situación no es mejor. Acá no hay ni siquiera la perspectiva de un plan de retiro. Ambas alas de la clase dominante estadounidense están de acuerdo en la ocupación de Afganistán. En febrero 2009, se reportó que los EEUU construirán dos nuevas bases militares de envergadura en el sur de Afganistán.

Dados los vastos recursos petroleros en el Golfo Pérsico, Mar Caspio y Asia Central, y la creciente competencia con Rusia, China e India, los EEUU quieren asegurarse el tener presencia militar directa en Asia Central.

Los imperialistas rusos han protestado a viva voz sobre el establecimiento de grandes bases permanentes y otras infraestructuras de los EEUU tan cerca de su esfera de influencias. China también ha establecido favorables acuerdos comerciales a largo plazo con Afganistán. A fin de asegurar su influencia en la región. En Junio, Obama firmó un decreto suplementario de guerra por más de $103 millardos que prevé el incremento de financiamiento militar para Pakistán. Hay otros arreglos en proceso que favorecerían acuerdos comerciales entre corporaciones de los EEUU y Pakistán.

El aumento de incursiones hacia Pakistán es una especie de “Plan B”, luego del asesinato de Benazir Bhutto. Pero como cada vez más civiles son asesinados en los ataques, esto está minando el apoyo interno desde el propio Pakistán. A fin de mantenerlo en su esfera de control, los EEUU usarán a Al-Qaeda y los Talibanes, como pretexto para una escalada en la intervención, de ser necesario.

Los acontecimientos revolucionarios en Irán preocupan terriblemente a Obama y a los imperialistas estadounidenses. Su reacción en cámara lenta a las movilizaciones post-elecciones era una señal de esto. Si bien tienen una política a favor de un cambio de régimen en Irán, los imperialistas saben muy bien que un genuino movimiento de masas organizado desde abajo podría expandirse por toda la región, algo que está en directa contradicción con sus intereses. Esta lección la han aprendido de América Latina. Obama está siendo cuidadoso de no molestar el equilibrio en la región más de lo mínimo necesario. Pero sus intentos por desactivar las contradicciones que se han estado acumulando por décadas probarán eventualmente ser imposibles.

Tanto Rusia como China han incrementado su influencia en Irán, que fue incluida como candidato a la Organización de Cooperación de Shangai, una organización regional que funge como contraparte de la OTAN en la región y que rechazó el estatus de observador de los EEUU en 2005.

El mismo giro en las influencias fue lo que precipitó la visita de Obama a Turquía este año, en un intento de recuperar el nivel de apoyo a la “Guerra al Terrorismo”. La s relaciones EEUU-Turquía han estado algo tensas desde el inicio de la Guerra de Irak. Sin embargo, Turquía aún aloja la más grande base estadounidense en la zona y tiene su propio poderío militar, incluyendo capacidad nuclear. Debido a mantener una posición estratégica en una región importante del mundo, está siendo cortejada por todos los grandes jugadores, desde europeos y americanos hasta iraníes, rusos y chinos. Esto explica por qué, en medio de la mayor crisis económica en décadas, Obama colocó como una prioridad el visitar Turquía.

La crisis global del capitalismo está teniendo un profundo impacto en todo el mundo. No hay un solo regimen estable en todo el Medio Oriente, desde Israel a Egipto. Jordania a Irán. A la orden del día están los cambios agudos en el balance de fuerzas mundiales. La tarea de los marxistas es estar preparados y no ser tomados por sorpresa por el desarrollo de los eventos. Los recientes acontecimientos en Irán son un ejemplo. También debemos mantener nuestros ojos abiertos en países como Egipto y Marruecos.

Obama y su administración están haciendo lo mejor posible para asegurar la continuación del presente sistema. En última instancia, es la tarea de la clase obrera norteamericana ponerle fin al capitalismo en casa y al imperialismo afuera. Esto no es solamente un eslogan o una “buena idea” sino, en un sentido muy real, el único camino hacia delante para la humanidad. El “cambio de política” que realmente necesitamos es un cambio de la clase dominante. La clase capitalista ya no es apta para dirigir a la humanidad; por lo tanto es imprescindible que la clase obrera mayoritaria dirija esto. ¡Por el fin al dominio de la gran banca y por la erosión del mundo por el imperialismo! ¡Por una Federación Socialista en el Medio Oriente y el Mundo!

Martes, 21 de Julio de 2009