Argentina: Sobre la soberanía alimentaria la pobreza y el capitalismo

Según datos de la CEPAL y la FAO se espera que producto de la crisis provocada por la pandemia del COVID-19 y con la mayor caída del PIB regional en un siglo (-5,3%), la población en condiciones de pobreza extrema en América Latina y el Caribe podría llegar a 83,4 millones de personas en 2020. Los sistemas alimentarios están colapsados por efecto la pandemia, la fragilidad de la clase trabajadora se acrecienta y mientras los precios de los alimentos están subiendo más que el precio de otros productos de la canasta básica, según el Índice de precios al consumidor IPC. “Por el aumento del desempleo y la caída en los ingresos, millones de personas no están pudiendo adquirir suficientes alimentos, y muchas otras están teniendo que optar por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional.” (https://www.cepal.org/es/comunicados/fao-cepal-millones-personas-pueden-caer-la-pobreza-extrema-hambre-2020-america-latina)


[FUENTE ORIGINAL]

En Argentina la pobreza se encuentra alrededor del 40%, es calculada por el organismo oficial estatal, el Instituto Nacional de Estadística y Censos, INDEC –con un período de medición interrumpido en 2013 durante un lapso de 3 años, por decisión del Gobierno Nacional- y, desde 2010 también por el Observatorio de la Deuda Social Argentina, dependiente de la Universidad Católica Pontificia, pero los informes se suspendieron el último mes pasado por limitaciones en la obtención de los guarismos.

Para obtener los datos se utilizan dos métodos que dan cuenta de las distintas dimensiones que la caracterizan:

Existe un método directo, también conocido como Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que analiza la situación de la vivienda, las condiciones sanitarias, si existe hacinamiento y la capacidad de subsistencia en el conjunto de hogares. Esos datos se obtienen mediante los censos que realiza el INDEC cada diez años y se trata de una medición multidimensional de la pobreza.

El otro método de cálculo es el indirecto, mensual, que calcula el ingreso mínimo o Línea de Pobreza (LP) (3). Supuestamente por encima de la cual todas las necesidades alimentarias básicas, de una persona o integrantes de un hogar, son satisfechas.

Esta línea simbólica que separa a pobres de ¿no pobres? es la Canasta Básica Total, el resultado se construye de adicionar la Canasta Básica de Alimentos o CBA (un polémico método de medir y asignar necesidades alimentarias), más los bienes y servicios no alimentarios como vestimenta, transporte, educación, salud (basados en evidencia empírica que refleja los hábitos de consumo alimentario). Según la última publicación de INDEC del 17 de junio pasado, se requieren $13.942 por persona para evitar ser pobre.

Pero existe un indicador aún más preocupante, la Línea de Indigencia (2), según los últimos datos hacen falta $5.785 para no ser indigente. Que haya desocupados o trabajadoras y trabajadores informales que no alcancen ese monto es hablar de personas que no cumplen sus necesidades alimentarias mínimas y ven en riesgo concreto su integridad y dignidad.

Pero analizando en profundidad cómo se realizan las mediciones oficiales, surgen algunos interrogantes.

• ¿Cómo se calcula el monto $5.785 de la línea de indigencia o los $13.942 de la línea de pobreza? Para entenderlo es preciso leer la explicación del INDEC:

“La canasta básica alimentaria (CBA) se ha determinado tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto, de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra esas necesidades durante un mes. Se seleccionaron los alimentos y las cantidades en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo)”

Según el Instituto ese individuo planteado (hombre adulto promedio), equivale a “1.00” con un requerimiento energético diario de 2750kcal.

Evidentemente es imposible que ese promedio sea un certero ejemplo para el conjunto de la población.

El organismo sugiere ciertos alimentos que componen la Canasta de Alimentos y las cantidades necesarias de ingesta:

Cuadro 3: Canasta básica alimentaria .

Composición de la canasta para el adulto equivalente

cuadro1 1Fuente: INDEC, La medición de la pobreza y la indigencia en la Argentina, Metodología Nº 22.

Cuadro 7.2 “Composición de las CBA de cada región”. Buenos Aires: INDEC. Disponible en:

http://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/sociedad/EPH_metodologia_22_pobreza.pdf

El dinero necesario para comprar estos productos es el valor que define la Línea de Indigencia

• Pero ¿qué pasa con las necesidades kilo calóricas de las y los menores, adolescentes, adultos mayores? Se establece una tabla de equivalencias en donde, por ejemplo, una mujer de entre 30 y 60 años cumple sus necesidades energéticas con un 25% menos (0.76 unidades) en relación al individuo promedio.

Cuadro 4: Unidades de adulto equivalente, según sexo y edad

cuadro2

• ¿Cómo se calcula la CBA en el caso de un hogar con más de un integrante?

Se multiplica el valor del límite de la indigencia ($5785), por el producto de las necesidades energéticas de los integrantes de la misma, pero hay aquí una falacia, o cuanto menos una elección capciosa en los casos testigos que plantea el INDEC:

cuadro3

Al asignar a cada miembro de la familia el correspondiente valor de necesidades energéticas obtendríamos 0,77+1,02+0,67 = 2,46 unidades x $5.785 = $14.231- Canasta Básica Alimentaria en un hogar de 3 integrantes

Planteando otro escenario familiar, hubiese un padre de 40 años, su hijo de 18 y el padre del primero de 60 los valores cambiarían notablemente:

1.00+1.02+1.00 = 3.02 x $5.785= $ 17.470 Canasta Básica Alimentaria en un hogar de 3 integrantes

Esta otra opción de familia necesitaría, en relación al caso anterior, $3.000 más para cubrir su Canasta Básica Alimentaria

3.01 – 2.46 = 0.55 x $5.785 = $3.182 un 18% más

• ¿Cómo se calcula la Canasta Básica Total para un hogar de más de 1 integrante?

La CBT es el resultado de la multiplicación de la CBA por un número variable en cada mes censado (la inversa del Coeficiente de Engel = Gastos alimentarios / Gastos totales). Ese número resultante está determinado por el costo cambiante de los productos alimentarios dentro del Índice de Precios al Consumidor medidos mes a mes.

Con simple experiencia empírica es posible darse cuenta que los números planteados se quedan cortos.

Esto plantea varios problemas no solo de la cantidad de trabajadores bajo la línea de pobreza (que por lo expuesto es mayor a las mediciones oficiales), sino también nos hace reflexionar en cuanto a la calidad alimentaria, el modo de producir alimentos, quiénes consumen la producción que generan los trabajadores, la llamada “soberanía alimentaria”, la ecología.

Si entendemos a la soberanía alimentaria como “el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas y estrategias de producción, distribución y consumo de alimentos a fin de garantizar una alimentación cultural y nutricionalmente apropiada y suficiente para toda la población.” (https://www.calisafauba.com/) es fundamental entender que, hacernos cargo de la producción alimentaria por parte de los y las trabajadoras para el conjunto de la población es una de las tareas que se nos imponen.

El caso Vicentin Family Group es un ejemplo más para analizar las cuestiones anteriores. La firma posee un entramado de diversas empresas, la mayoría relacionada con el negocio agropecuario y de los alimentos con tendencia a la concentración monopólica. Pero este tema va más allá de la coyuntura y el caso particular, es una pieza más del sistema que no está precisamente orientado a lograr la soberanía alimentaria de los pueblos, sino todo lo contrario. Es menester alcanzar un modelo de producción de alimentos que no dañe y expolie la naturaleza, que sea armónica con ésta y esté pensada en relación a las necesidades humanas y no del Capital.

A fines del año pasado, pese a tener una facturación de USD 4.200 millones anuales, la firma declaró una cesación de pagos aduciendo «estrés financiero», y en febrero al no lograr acuerdo con los acreedores se presentó en convocatoria de acreedores ante un juzgado de Reconquista (ciudad originaria de la sociedad, donde cuenta con la connivencia política y judicial para actuar sin restricciones).

Según datos de las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE), Vicentín participó, en las últimas tres campañas, con alrededor del 9% de los embarques de granos y subproductos a nivel nacional.

Al cierre de esta nota la empresa acumula una deuda de u$s1350 millones, cuyo principal acreedor es el Banco Nación (junto a otros 37 bancos) a quién debe $18 mil millones en concepto de devolución de préstamos otorgados, incumpliendo el estatuto normativo de la entidad bancaria.

Pero los principales perjudicados son las trabajadoras y trabajadores que ven peligrar su fuente laboral en un período de incertidumbre y miedo debido a la pandemia. La empresa tiene a cargo unas 7.000 personas entre las industrias aceitera, frigorífica (FRIAR), ganadera, algodonera y vitivinícola en las que tiene injerencia. La deuda salarial con cada trabajador supera los $100.000 y no ha sido notificada por la firma en el concurso de acreedores lo que obligó a los trabajadores a llevar a cabo una presentación colectiva en el Ministerio de Trabajo provincial.

Por su parte la Federación de Aceiteros, junto a los Sindicatos de Reconquista y San Lorenzo (donde están radicadas la plantas principales) hicieron una presentación al juez de la causa, advirtiendo sobre el vaciamiento que se está llevando a cabo por parte de los directivos, apoyando la propuesta del Gobernador Perotti una intervención tripartita por parte de la provincia, la nación y el actual directorio, que por su parte calificó a la propuesta de “una intervención light” y que “a las empresas privadas hay que dejarlas trabajar y solucionar sus problemas en el ámbito privado”.

Mientras el tiempo se pierde en los idas y vueltas de la burocracia de un Estado sumiso al Capital. La clase dirigente se plantea como defensora de la burguesía y el empresariado, despiadado, indomable, que hace caso omiso a las tibias presiones del Presidente, despidiendo a trabajadores y trabajadoras pese al decreto que prohibe hacerlo, obligando a asistir a los puestos de trabajo ante los riesgos de contagio, no brindando elementos de seguridad correspondientes y firmando rebajas salariales con el aval de la mayoría del arco sindical y el propio Ministerio de Trabajo de la Nación.

Organizaciones sociales afines al gobierno nacional sostienen “que lo que está en debate es la posibilidad de tener un estado fuerte que intervenga en la economía, para que los precios y el abastecimiento de bienes esenciales como los alimentos no queden librados a la mano del mercado”. .(https://www.pagina12.com.ar/274300-vicentin-jornada-de-lucha-en-apoyo-a-la-intervencion)

Quienes adhieren al gobierno de Alberto Fernández, ven en la temerosa expropiación un acto en defensa de la soberanía nacional, el empleo y la soberanía alimentaria donde el gobierno da un giro estratégico en el desarrollo productivo del país. Pero la intervención o expropiación solo puede ser aceptada si es en función de una política de avance sobre los intereses, ganancias, privilegios de la clase empresarial y un verdadero control obrero de la producción, porque el problema es el capitalismo. La solución para el caso de Vicentín es que la empresa quede en manos de los trabajadores y no caer en la falsa dicotomía entre una empresa manejada por manos nacionales o extranjeras. O como planteaba el ya fallido (y demagógico) intento de expropiar Vicentín y fusionarlo con YPF Agro, que es otra empresa continuadora del modelo agro productivo de monocultivo, transgénia y tóxicos, un problema que tuvo su origen en 1996, durante el menemismo, de la mano de Felipe Solá quien ocupara la Secretaria de Agricultura y es actual Canciller argentino. Aquella maniobra se realizó como un trámite fugaz: en menos de 85 días ya contaba con su aprobación, respaldada por estudios de impacto ambiental y de salud presentados por la misma empresa.

En el 2009, el ya fallecido científico Andrés Carrasco, ex presidente del CONICET y ex jefe del laboratorio de embriología de la UBA, ganó muchos enemigos. Empresas dedicadas al agro y abogados de CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes) comenzaron a amedrentarlo por presentar sus estudios que comprobaban que el modelo sojero es devastador para el desarrollo embrionario.

En mayo de 2009, el Ministro de Ciencia, Lino Baraño (quien mantuvo su cargo durante el macrismo), desacreditó a Carrasco, y pidió a la coordinadora del Comité Nacional de Ética en la Ciencia y Tecnología (CECTE) que evalúen la ética del científico por la investigación que ponía en jaque al modelo químico.

La siembra de soja transgénica creció de forma tal que corrió otros cultivos como el maíz y el trigo y provocó grandes desmontes, ya que fueron apareciendo nuevos agroquímicos como pesticidas, fungicidas y fertilizantes que permiten que cualquier tierra sea cultivable.

La soja transgénica se transformó en el nuevo oro, verde esta vez, con picos de u$s900 por tonelada en la Bolsa de Comercio de Rosario, esta nueva fiebre ha causado efectos devastadores en la naturaleza y en la sociedad.

La zona núcleo de la producción sojera muestra números alarmante en cuanto a número de enfermos de cáncer, malformaciones, problemas respiratorios, abortos espontáneos, alergias crónicas, lupus sistémico, entre tantas otras afecciones.

En Pergamino, la Corte Suprema de Justicia confirmó la presencia de 18 sustancias tóxicas en el agua corriente, una vecina de la localidad cuenta: “»Mi hija tuvo una infección en los huesos. Hoy tiene 18 años y estuvo dos en silla de ruedas porque no podía moverse. Mi hijo tiene linfoproliferación ganglionar, que hace que se agranden los ganglios y se deprima su sistema inmune. Yo sufrí dos ACV isquémicos que, según los médicos, fueron causados por los efectos neurotóxicos del glifosato. A veces me tiembla la mano, la cabeza, la pierna. Son movimientos involuntarios. Tengo 35 años, soy una mujer sana. Pero dejé de ir al médico por miedo», dice la mujer a RT. Y agrega que sus hijos tienen, según la toxicóloga que los atendió, 100 veces más presencia de glifosato en sangre que lo tolerado. «La nena tiene 9,20 y el varón 10,20, cuando lo soportado es 0,01». (https://www.iprofesional.com/negocios/294285-campo-glifosato-monsanto-otros-Agrotoxicos-la-razon-de-los-casos-de-cancer-en-Pergamino)

El nuevo modelo no solo trajo enfermedades, sino también el desprecio por la vida del propio del Capital, con productores violentos que muchas veces en connivencia policial arremeten contra comunidades y familias para quedarse con sus tierras y así expandir la frontera agropecuaria hasta lo impensado.

La siembra directa desplazó a las vacas de los campos, tanto las destinadas a la industria frigorífica como a la producción lechera. La explotación láctea (tercera detrás de los granos y la carne) se encuentra cada vez más concentrada en pocas manos eliminando a los pequeños tamberos que reciben menos de la tercera parte del precio que se paga en los comercios.

Otro ejemplo cercano de la exclusión del ganado de los campos a lugares remotos, es lo sucedido recientemente con las quemas de las islas del humedal frente a la ciudad de Rosario. Por efecto del fuego, la flora y fauna propia de este ecosistema sufrió una merma importante, el humo invadió la ciudad contaminando el aire con partículas nocivas en cantidades 5 veces mayor que las toleradas.

Los incendios fueron incitados por los dueños de los campos con el fin de regenerar pasturas para la producción pecuaria que allí se desarrolla, resultado una vez más de la expansión del límite agrícola, en la informalidad más absoluta y modificando el entorno de riachos, lagunas y pantanos con topadoras para lograr su cometido.

Distintos ejemplos de la impunidad de clase que gozan los capitalistas. He aquí un modus operandi del empresariado que saquea al Estado, fuga dólares, se enriquece y transfiere luego su quebranto al Estado que garantiza la ilegalidad con zigzagueos discursivos y puestas en escena donde intervendrá toda la troupe de la maquinaria burguesa del engaño, ya se ha puesto en marcha, van a intentar por todos los medios lograr un rescate sin expropiación, judicialmente o mediante la farsa parlamentaria.

Queremos el socialismo, no la socialización de las pérdidas

Notas:

(1) Hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas: son aquellos que presentan al menos una de las siguientes condiciones de privación:

NBI 1. Vivienda: es el tipo de vivienda que habitan los hogares que moran en habitaciones de inquilinato, hotel o pensión, viviendas no destinadas a fines habitacionales, viviendas precarias y otro tipo de vivienda. Se excluye a las viviendas tipo casa, departamento y rancho.

NBI 2. Condiciones sanitarias: incluye a los hogares que no poseen retrete.

NBI 3. Hacinamiento: es la relación entre la cantidad total de miembros del hogar y la cantidad de habitaciones de uso exclusivo del hogar. Operacionalmente se considera que existe hacinamiento crítico cuando en el hogar hay más de tres personas por cuarto.

NBI 4. Asistencia escolar: hogares que tienen al menos un niño en edad escolar (6 a 12 años) que no asiste a la escuela.

NBI 5. Capacidad de subsistencia: incluye a los hogares que tienen cuatro o más personas por miembro ocupado y que tienen un jefe no ha completado el tercer grado de escolaridad primaria. INDEC https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-47-156.1

(2) https://www.indec.gob.ar/uploads/informesdeprensa/canasta_06_206B1F43F212.pdf

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